July 31, 2019 1000 PM
Los comisionados votaron por un escaso margen a favor de devolver al ganadero Chon Prieto 1.964$ –la cantidad que pagó al condado para recuperar su ganado confiscado– durante su reunión de la Corte de Comisionados del Condado que tuvo lugar en Presidio el 24 de julio. El abogado Rod Ponton dirigió la conversación hacia el reembolso a Prieto e incluso acusó a los comisionados reacios de otorgar favores especiales a los terratenientes adinerados. El abogado de Prieto amenazaba con presentar una demanda si los Comisionados no proporcionaban un reembolso.
La polémica comenzó cuando el ganado de Prieto fue recogido del terreno de un vecino bajo la orden del Sheriff del Condado, Danny Domínguez, por tercera vez a principios de este año. El sheriff había calificado al ganado como “animales descarriados,” un término para los animales que vagan por allí y cuyo propietario no puede ser identificado, y bajo la ley de Texas es motivo de incautación.
El fiscal del condado Rod Ponton escribió en marzo una carta a los Comisionados en la que afirmaba que el ganado en un condado de pastizales abiertos, como el de Presidio, puede vagar hasta tierras vecinas y que sin una orden judicial, recoger ganado en un condado de pastizales abiertos infringe la ley y podría hacer que el Condado sea civilmente responsable.
La Jueza Cinderela Guevara inició el debate el miércoles, sugiriendo que el condado aplazara la conversación “hasta que tengamos noticias del Fiscal General.” El sheriff Domínguez pidió una opinión del FG sobre la recogida de animales descarriados en un condado de pastizales abiertos después de que la carta de Ponton afirmara esencialmente que las acciones del sheriff eran ilegales.
Los comisionados Brenda Bentley y Buddy Knight estaban firmemente en contra de votar ese día sobre el reembolso, prefiriendo esperar hasta que llegase la opinión del FG en diciembre. Si la decisión afirmaba que el ganado de Prieto había sido recogido injustamente, ambos acordaron que apoyarían su reembolso total.
Ponton replicó, “Simplemente creo que ustedes están otorgando favores especiales a la gente rica de Marfa.” Bentley lo negó rotundamente, diciendo que las leyes eran imprecisas y que ella necesitaba más claridad.
A Bentley también le preocupaba que emitir un reembolso fuera una aceptación tácita de que el sheriff hubiera quebrantado la ley. Según la carta de Ponton, si la Oficina del Sheriff “participara en cualquier procedimiento relacionado con los animales descarriados que resultara en la incautación, la imposición de tarifas o una posible subasta, todas las partes involucradas –los vaqueros, los ayudantes del sheriff o los agentes, etc.– se vuelven responsables personalmente y el Condado de Presidio se vuelve civilmente responsable por los daños al ganado y al propietario.”
Bentley se aferró a esto, diciendo acerca de Domínguez, “Odiaría meterlo en un apuro en el que le demandaran por hacer algo que creía que era lo correcto. También tenemos que protegerle.”
El dinero devuelto también sentaría precedente. Prieto fue reembolsado por el tercer incidente, pero no hay ninguna razón por la que pueda buscar el reembolso por la primera y la segunda vez que su ganado fue recogido. El condado lleva décadas recogiendo animales descarriados y los ganaderos de la zona podrían buscar compensación bajo la interpretación que hace Ponton de la ley.
El ganado en cuestión había vagado hasta el terreno de Neil Chavigny, propietario de tierras en el sur del condado, que contactó con sus vecinos y luego con el sheriff, esperando que le sacasen el ganado. El sheriff aprobó que Chavigny recogiera el ganado y lo entregara a los establos del condado y el condado reembolsó a Chavigny el coste incurrido de 1.964$ para acorralar el ganado.
El propietario del ganado, Chon Prieto, fue identificado y solo le permitieron recuperar su ganado después de abonar la misma cantidad al condado. La demanda de Prieto decía que el condado le había quitado injustamente su ganado y dinero, citando la carta de Ponton dirigida a los Comisionados. El miércoles, en la corte, Chavigny, Prieto, Ponton y los Comisionados debatieron las leyes de animales descarriados en Texas versus la condición de Presidio como pastizales abiertos.
El abogado Ponton sugirió que la verdadera raíz del problema no eran los posibles conflictos entre los pastizales abiertos y los animales descarriados, sino las barreras culturales en el condado. “Las leyes de animales descarriados están establecidas para que los vecinos sean amigables. En este caso, hay un forastero, un tipo relacionado con el mundo del arte, que compró terrenos cerca de las fuentes termales, por lo que no es ganadero. No tiene el mismo patrimonio y bagaje que usted, que yo, en cuanto a saber cómo tratar con vecinos que son ganaderos.”
Ponton dijo que si tuviera una hacienda cerca de Prieto, llamaría directamente al ganadero en lugar de llamar al sheriff. “Alguien que no está metido en el negocio de la ganadería y que simplemente dice que tiene el dinero para comprar una parcela de tierra, llama al Sheriff. Por lo que esta es la fricción que hay aquí porque no están siguiendo las viejas costumbres de la ganadería en el Condado de Presidio.” Chavigny dijo que sí intentó llamar a varios vecinos, incluyendo a Prieto, antes de llamar por fin a Domínguez.
Ponton enfatizó que era su deber impedir una demanda contra el condado y también dudó de si se podía calificar al ganado como animales descarriados, dada la insistencia de Prieto en que el ganado había sido etiquetado y marcado, haciéndolo identificable tanto para Chavigny como para el Sheriff. Estalló un acalorado intercambio, y Ponton dijo a Chavigny que si no construía una valla para mantener fuera el ganado, entonces no tenía ningún derecho a quejarse de los daños provocados por el ganado.
Intervino la Jueza Guevara y llamó al orden en la reunión. “Les diré como irá hoy. Que alguien me enseñe una ley que exista hoy en día en la que se diga que ese ganado era ganado descarriado. En caso contrario, la ley desde 1893 dice que tenemos pastizales abiertos. Fue ratificada en 1999 y la ley dice que si el ganado del vecino entra en tu propiedad, tú tienes que vallarla.” Guevara estaba preparada para votar. “Si no hay otra ley que diga lo contrario, entonces ahora tenemos que seguir la ley vigente.”
Chavigny habló, afirmando, “Rod señala, y tiene razón, que el Condado de Presidio tiene pastizales abiertos y nadie lo niega. Lo que pasa es que en Texas tenemos una segunda ley que parece chocar con la política de los pastizales abiertos: la ley de los animales descarriados.”
El Comisionado Eloy Aranda dijo que debido a su experiencia en ganadería, podía simpatizar con la difícil situación de Prieto y creía que el condado debía reembolsar ese mismo día a Prieto. En cambio, Bentley hizo una moción para esperar a la opinión del FG antes de decidir si el condado tenía que devolver el dinero a Prieto. Knight la secundó, pero la moción no avanzó.
“Lo único que digo es que pueden esperar, pero si esperan, el condado será demandado por 3.200$ más costes de abogados, más el coste de pagar a un abogado para defenderlo,” imploró Ponton.
El Comisionado José Cabezuela hizo luego una moción para reembolsar a Prieto por el coste de la incautación, los gastos de bolsillo para recuperar su ganado incautado y los gastos de combustible por un total de 3.200,48$. La moción fracasó porque no todo el dinero podía salir del fondo de animales descarriados, solo los 1.964$. La Jueza Guevara, que tenía una posición intermedia, propuso que el condado reembolsara únicamente los costes de la incautación. Aranda y Cabezuela apoyaron la moción mientras que disintieron de la moción Bentley y Knight.
El condado había pagado 1.964$ a Chavigny y recuperó el dinero gracias a Prieto; después del reembolso, el condado tiene 1.964$ menos por su recogida posiblemente errónea de animales descarriados. Si la opinión del FG esté en desacuerdo con el condado a finales de este año, es posible que nunca recupere los fondos devueltos a Prieto.
Traducción de MIRIAM HALPERN CARDONA