September 11, 2019 601 PM
Washington, D.C. — Miles de niños migrantes han sido separados de sus padres en la frontera entre los Estados Unidos y México a medida que sus familias llegan en busca de seguridad, oportunidades o ambas cosas. Pero un nuevo informe federal plantea inquietudes sobre los efectos de estas prácticas en los niños migrantes.
La semana pasada, Joanne Chiedi –inspectora general interina del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) de los EE.UU.– emitió un informe sobre las “necesidades mentales de los niños” bajo custodia del HHS, incluyendo a los niños migrantes separados de sus familias.
Las evaluaciones del informe –que estaban basadas en visitas a casi la mitad de todas los “centros proveedores de asistencia– no fueron buenas. Los niños separados tienen más “estrés postraumático en comparación con los niños que no fueron separados,” según halló el informe. También tienen más miedo y “sentimientos de abandono.”
El informe incluye citas de trabajadores sin nombre de los centros, muchos de los cuales observaron sufrimiento. Los niños saludables se quejaban de síntomas físicos y un médico clínico de salud mental avisó de que había “muchas maneras” de que los niños bajo custodia pudieran hacerse daño a sí mismos.
En un caso, un médico clínico de salud mental preguntó por qué un niño recibió tratamiento con medicamentos anti psicóticos por problemas de sueño cuando aún no habían probado con otros métodos de tratamiento. En otro caso, “un niño de siete u ocho años de edad” requirió “cuidados psiquiátricos de urgencia” tras separarle de su padre “sin ninguna explicación,” según dijo un director de programa.
“El niño tenía la idea falsa de que le habían matado a su padre y creía que a él también lo matarían,” dijo el director a los investigadores.
En respuesta a una consulta de The Big Bend Sentinel, el Departamento de Salud y Servicios Humanos de los EE.UU. dijo a través de un correo electrónico enviado el lunes que, actualmente, tiene bajo su custodia alrededor de 6,100 niños migrantes no acompañados. Pero, al pedir una clarificación, la agencia no especificó cuántos niños habían sido separados de sus padres en la frontera.
En la misma declaración, la agencia dijo que estaba “plenamente comprometida” a cuidar de los niños migrantes y esbozó los pasos que decía que adoptaba para hacerlo. Entre ellos: encontrar “enfoques basados en pruebas para abordar el trauma” y “tomar las medidas necesarias para dar de alta de manera segura y rápida” a los menores no acompañados y entregarlos a guardianes aptos.
Las separaciones de las familias en la frontera comenzaron ya en 2017 y fueron un componente oficial de la política inmigratoria de “tolerancia cero” bajo la administración Trump, que duró poco tiempo el año pasado. En un documento del tribunal del pasado octubre, los agentes federales calcularon que había separado a 2,654 niños de sus familias, incluyendo a 1,033 niños menores de 10 años de edad.
Los detractores, sin embargo, dicen que en realidad nunca censaron las separaciones de las familias. Los agentes federales pueden seguir separando a los niños de sus tutores bajo algunas excepciones, incluyendo si el padre tiene antecedentes penales –a veces, incluso, para delitos migratorios del pasado– dijo Christie Turner-Herbas, subdirectora de programas especiales del grupo defensor Kids in Need of Defense (KIND).
“Básicamente, la Patrulla Fronteriza lo está usando como una gran puerta para intentar separar a cualquier padre o niño,” dijo Turner-Herbas. La situación sigue siendo “realmente preocupante.”
Traducción de MIRIAM HALPERN CARDONA