October 16, 2019 830 PM
LEJANO OESTE DE TEXAS — A medida que empieza a calentarse la carrera electoral de 2020 para el 23° Distrito Electoral de Texas, la demócrata Gina Ortiz Jones vuelve a la campaña.
El pasado jueves, a través de una entrevista telefónica, Jones se preparaba para reunirse con sus electores en la ciudad de Presidio tras celebrar un evento para conocer y saludar a los ciudadanos el miércoles por la noche en Marfa. Después se dirigía a Alpine y a Van Horn.
Al preguntarle por qué se presentaba, Jones dijo que su candidatura “trataba en gran parte de proteger la oportunidad que me permitió crecer sana, obtener una educación y servir a nuestro país: algo que todo el mundo en este país debería poder hacer.”
Será la segunda vez que Jones se presenta para el 23° escaño. La veterana de la Guerra de Irak ganó las primarias demócratas en 2018 pero perdió el escaño con solo 926 votos al titular, el congresista republicano Will Hurd.
Hurd ha logrado mantener el 23° escaño al evitar temas culturales que pudiesen crear divisiones y centrarse en temas bipartidistas, como la ciberseguridad. Pero esa postura se ha vuelto más difícil de mantener para Hurd en la era Trump, y en agosto anunció que no buscaría la reelección en 2020. Eso hace que Jones sea una seria candidata a un campo que actualmente incluye a al menos a cinco republicanos y a otros tres demócratas.
Hija de una inmigrante filipina, Jones creció en El Paso antes de servir en las Fuerzas Aéreas de los EE.UU. Pero, al igual que Hurd, también se ha ido readaptándose en la era Trump.
Tras pasar una década trabajando para el gobierno, dimitió en 2017 de su trabajo en la Oficina del Representante Comercial de los EE.UU. porque no quería seguir trabajando para la administración Trump.
“La clase de personas que fue llamada para ser funcionarios públicos ni estaba interesada en el público ni en el servicio,” dijo en aquel entonces al medio de comunicación en línea HuffPost. “Eso fue para mí una señal de que había de servir de una manera distinta.”
Quienquiera que se enfrente a Jones el próximo noviembre tendrá una dura batalla. Su campaña ya ha recaudado más de 1 millón de dólares: “la mayor suma recaudada en un año en el que no hay elecciones nacionales que el distrito haya visto jamás,” según decía el comunicado de prensa de la campaña. Recaudó más de 100,000$ el primer día, después de que Hurd anunciara su dimisión, afirmaba el comunicado de prensa.
La dramática derrota de Jones en 2016 sigue pesándole. “926 votos es una cifra en la que no pienso a menudo,” dijo. Pero añadió: “Para dejar las cosas claras, nunca competía contra Will Hurd. Siempre postulaba para este distrito.” Y pensó que la tan reñida carrera electoral mostraba que la gente del distrito 23 estaba “realmente preparada para el cambio.”
“Quieren a alguien que no solo se presentará en las comunidades, sino que se asegurará de que nosotros, como país, estemos avanzando en la dirección correcta en temas como la asistencia sanitaria y la inmigración,” dijo. “Las políticas que reflejan nuestros valores.”
En su entrevista, Jones puso énfasis en la necesidad de tener mejor asistencia sanitaria en la región del Big Bend. Habló de aumentar la cobertura de la asistencia sanitaria, de bajar los costes de los medicamentos con receta médica y de mejorar el acceso a la telemedicina y a la telepsiquiatría.
Al igual que otros candidatos texanos, también le preocupaban los efectos de la retórica de Trump sobre los inmigrantes y los latinos. “La mayor masacre de latinos en la historia estadounidense no tuvo lugar en 1819 o en 1919,” dijo, aludiendo al tiroteo en El Paso a principios de este año. Antes de que el supuesto pistolero matase a 22 personas, las autoridades dicen que publicó una diatriba en línea quejándose de una “invasión” de inmigrantes. Es la misma expresión usada a veces por el Presidente Donald Trump y el Gobernador Greg Abbott para describir a los migrantes.
Aunque no se trataba únicamente de retórica. Jones dijo que el distrito 23 está “literalmente y figurativamente en las primeras líneas de tantas políticas fallidas de comercio y de inmigración.”
“Nadie puede imaginar un muro atravesando el Big Bend,” dijo. “Y nadie debería hacerlo, porque es ridículo.”
Cree que las comunidades mexicanas y estadounidenses de la frontera deberían estar fortaleciendo vínculos, y no erigiendo muros.
“El Paso no habla de sí misma sin hablar de [Ciudad] Juárez. Presidio no habla de sí misma sin hablar de Ojinaga,” dijo. “Estas son comunidades binacionales. Son una fuente de fortaleza.”
Traducción de MIRIAM HALPERN CARDONA