February 5, 2020 1152 AM
PRESIDIO — Por segunda vez en enero, residentes y funcionarios de Presidio se reunieron en el Centro de Actividades de Presidio para hablar de los transmigrantes, así como de la forma en que la ciudad fronteriza planea gestionar el flujo de tráfico en caso de que lleguen los comerciantes viajeros.
El concejo municipal de Presidio se había reunido previamente el 15 de enero con la esperanza de limar asperezas. Pero la reunión se vio ensombrecida por otros dos temas polémicos -las barreras del idioma en el concejo municipal y una propuesta para aumentar las tarifas de los servicios públicos de la ciudad- y el concejo pospuso su debate sobre los transmigrantes hasta el miércoles, 22 de enero.
Los transmigrantes son comerciantes ambulantes de América Central que compran bienes usados en los Estados Unidos y los venden en su país. No se les permite vender sus productos en México, y México los canaliza hacia rutas establecidas. A medida que la violencia aumenta en el noreste de México, los funcionarios de la ciudad y del condado de Presidio dicen que sus homólogos mexicanos han hablado de la apertura de una ruta transmigrante que pase por Presidio/Ojinaga. Pero los funcionarios de Presidio han insistido continuamente en que no han recibido prácticamente ninguna información sobre el plan, y la fecha del supuesto cambio sigue retrocediendo.
“Otra vez: No hay nada por escrito, nada en absoluto,” dijo el alcalde de Presidio John Ferguson en la reunión. Ha recibido poco más de un paquete de 12 páginas, que incluye recortes de noticias mexicanas y una carta del administrador de la ciudad de Presidio, Joe Portillo.
Los funcionarios de Presidio dicen que también se han puesto en contacto con los funcionarios y las agencias locales para discutir la logística y la financiación, incluyendo el Congreso y el Departamento de Transporte de Texas. Pero con el plan mexicano todavía en marcha, es difícil conseguir que los funcionarios de Texas y de EE.UU. se apasionen por el tema, dijo el administrador de la ciudad Joe Portillo.
“No hay una verdadera emergencia”, dijo en la reunión de la semana pasada, parafraseando cómo creía que los funcionarios estatales y nacionales veían la situación. “Tenemos emergencias reales que debemos abordar ahora mismo, así que vuelva a visitarnos.”
Al comienzo de la reunión, el alcalde Ferguson hizo una breve presentación sobre los desafíos que los transmigrantes podrían plantear a la financiación y la infraestructura de la ciudad. La presentación no era “a favor o en contra” de los transmigrantes sino que pretendía ofrecer “consideraciones”, dijo.
Presidio, a diferencia de Los Indios, no tiene grandes espacios de estacionamiento para los transmigrantes, dijo. Construir un estacionamiento en el condado no incorporado de Presidio podría dejarlos sin agua corriente o alcantarillado para atender “las típicas necesidades humanas.” Y la Ruta 67 de EE.UU., la principal vía de salida de la ciudad, es sólo de dos carriles y con “secciones curvadas y montañosas.”
La ciudad aprobó recientemente una ordenanza destinada a regular los estacionamientos de la ciudad y a impedir que los transmigrantes estacionen en toda la ciudad. También está considerando la posibilidad de abrir un estacionamiento de propiedad municipal, lo que daría a los transmigrantes un lugar donde estacionar y también, con suerte, contribuirían a las arcas de la ciudad.
H. Cowan, representante de Solitaire Homes, ha criticado abiertamente estos planes. Desde diciembre, ha asistido a al menos tres reuniones de la ciudad sobre los transmigrantes -incluida la más reciente- en las que ha denunciado que la ordenanza de la ciudad que prevé un aparcamiento es “inconstitucional,” “posiblemente ilegal” y un “plan” para desviar a los clientes transmigrantes de los terrenos de propiedad privada.
En la reunión, comparó el tono preocupado de las discusiones de la ciudad sobre los transmigrantes con el parloteo sobre las armas de destrucción masiva que llevaron a la guerra de Irak. No se encontraron tales armas, señaló.
“Los gobiernos -grandes o pequeños- no deberían utilizar ninguna forma de miedo, especialmente el miedo infundado, para hacer cosas que de otro modo no podrían hacer,” dijo.
Cowan también ha expresado su preocupación por el tráfico de transmigrantes, tanto en el puerto de entrada como en las proximidades de las instalaciones de Solitaire en la carretera FM170. Propuso abrir el puerto al tráfico de transmigrantes entre las 12 y las 5 de la mañana. Argumentó que podría limitar el impacto del tráfico transmigrante en los viajeros cotidianos, aunque funcionarios de la ciudad como el alcalde John Ferguson dicen que les preocupan las implicaciones de seguridad que supone poner un gran número de transmigrantes en la Ruta 67 de los EE.UU. en medio de la noche.
Vicky Carrasco, consultora de Kleinman Consultants que ha trabajado en el Plan Maestro de la U.S. 67, habló sobre los posibles impactos del tráfico de transmigrantes. El borrador del Plan Maestro de la U.S. 67 sólo toca brevemente a los transmigrantes, señalando que “este tráfico adicional tendría un impacto en la U.S. 67” porque “todo ello terminaría en el corredor.” Pero Carrasco subrayó que el Plan 67 era un documento vivo y que podía actualizarse a medida que cambiaran las condiciones.
Adrián Velázquez-Ornelas, residente de Presidio, presionó a los funcionarios de la ciudad sobre cómo se coordinaban con los funcionarios mexicanos.
“Sólo quería preguntar si ha habido alguna comunicación con las autoridades mexicanas para venir a esta reunión sobre los transmigrantes,” preguntó. “Si hubo alguna invitación formal para alguien que tenga que ver con los transmigrantes.”
Los funcionarios municipales dijeron que no, pero subrayaron que se habían comunicado con funcionarios mexicanos en otros foros, incluida una reunión con funcionarios portuarios mexicanos y estadounidenses en noviembre. El administrador municipal Portillo añadió que habían invitado a funcionarios portuarios estadounidenses pero que “no pudieron asistir.”
“Realmente no tienen una posición en esto,” dijo. “Su objetivo es asegurarse de que una vez que [los transmigrantes] crucen, tengan los documentos adecuados.”
Sin embargo, a diferencia de las anteriores reuniones sobre los transmigrantes, esta vez asistieron varios residentes de Ojinaga, entre ellos personas que trabajan en aduanas y en la aplicación de la ley. Y resultó que sus preocupaciones no eran tan diferentes de las de Presidio.
Expresaron su preocupación por el tráfico y especularon que Ojinaga (como Presidio) necesitará invertir en cosas como más agentes de policía y de aduanas para hacer frente al aumento de la actividad. Y enfatizaron que -mientras que los transmigrantes podrían aportar “desarrollo económico” a la zona- los funcionarios no deberían permitir que la situación de seguridad se desarrollase como lo ha hecho en el noreste de México. Lo que es “más importante,” dijo un residente de Ojinaga, es “la seguridad de la población.”
Traducción de MIRIAM HALPERN CARDONA