March 11, 2020 206 PM
WACO — Cuando los trabajadores de los parques, ecologistas y conservacionistas históricos se reunieron la semana pasada para la primera reunión del Simposio de Paisajes Culturales de Texas, la región de Big Bend –y, específicamente, sus históricas estructuras de adobe- obtuvo cierto reconocimiento.
Sandro Cánovas, activista local y adobero, fue invitado a dar una presentación. Su objetivo al hablar, dijo, era “llamar la atención de la Comisión Histórica de Texas sobre el hecho de que está en juego la permanencia de esta tradición.”
Una amenaza: el aburguesamiento. En opinión de Cánovas y otros, el adobe -un material de construcción de bajo coste hecho de materiales como el barro, la paja y el agua- se ha visto amenazado en Marfa a medida que siguen aumentando los costes de la vivienda.
Lo que antes era un método de construcción de la clase obrera se ha convertido en un símbolo de estatus, dijo Cánovas en una entrevista el lunes. Cita el código fiscal y las tasaciones del Condado de Presidio, que según Canovas y otros, penalizan las estructuras de adobe, así como el deseo de los recién llegados (a menudo más ricos) de apropiarse culturalmente de aspectos de la cultura latina (desde el adobe hasta el sotol).
Sasha Von Oldershausen, ex reportera del Big Bend Sentinel, escribió para The New York Times en 2018 y llegó al mismo pronóstico. “El adobe […] se ha puesto de moda, un material de construcción apropiado para la mezcla de cultura y estética del desierto,” escribió. “Pero para muchos de los residentes de Marfa de hace mucho tiempo, el aburguesamiento de la casa de adobe ha hecho que vivir en una sea bastante caro.”
Pero no se trata solo de tasaciones. Otra gran amenaza a la que se enfrenta el adobe es que simplemente no hay suficiente gente que sepa cómo fabricarlo o usarlo.
Habilidades como estas son a menudo llamadas “patrimonio cultural intangible,” y el patrimonio de la fabricación de adobe está desapareciendo rápidamente en la región, dijo Cánovas. Solo conoce a otra persona en la zona que trabaje con adobe y utilizan el “adobe estabilizado,” que incorpora cemento u otros materiales de construcción modernos. En otras palabras: no es el verdadero adobe.
Durante el fin de semana del 28 y 29 de marzo, Cánovas planea organizar un taller de revoques tradicionales de tierra y cal en Marfa, con una hora y lugar concretos aun por determinar. Cánovas dice que el uso de yesos no tradicionales en edificios de adobe está exacerbando su declive, y ve que la tradición está siendo víctima de las mismas tendencias de apropiación cultural. Quiere ayudar a revitalizar esas tradiciones, dice, con la esperanza de empoderar a la comunidad latina.
Esfuerzos como este – enseñar a otros la fabricación de adobe- es lo que le valió a Cánovas los elogios en el simposio. Está “tratando de proteger no solo las estructuras de adobe, sino también el proceso de construcción del adobe,” dijo Robert Melnick, profesor de arquitectura paisajística en la Universidad de Oregón y uno de los oradores principales del evento.
“Me impresionó mucho el hecho de que enseñe a los niños cómo hacer el adobe para la próxima generación,” añadió Melnick. “Está realmente preocupado no solo por los edificios que existen, sino también por fabricar el adobe y hacerlo correctamente.”
Melnick sacó una analogía de su propio campo. El paisajismo es principalmente un sustantivo, dijo. Pero también puede ser un verbo, como decorar mediante el paisajismo.
“Para mí, el adobe es así,” dijo Melnick. “Es algo que se hace.”
Traducción de MIRIAM HALPERN CARDONA